Ana Isabel Sánchez

  • Guadalupe Minutti Pérezhas quoted2 years ago
    Regresé a la palabra e intenté comprenderla. Sin que su mano me guiara, tracé las letras una por una.
  • b9590066956has quoted2 years ago
    Papá me dijo que se consideraría un detalle elegante. Cuando le pregunté qué significaba ser elegante, me dijo que era algo que a algunas personas les importaba mucho y a otras nada, y que podía aplicarse a todo, desde a los sombreros hasta al papel pintado pasando por la hora a la que llegabas a una fiesta.
  • María José Cadenahas quotedlast year
    HABÍA LLEGADO ANTES de lo que se esperaba, dijo mi padre como pidiéndome disculpas. Se llamaba menorrea y el proceso de expulsarla era la menstruación
  • María José Cadenahas quotedlast year
    Menstruante era «que menstrúa». Y menstruoso había significado una vez «horriblemente sucio o contaminado».
    Menstruoso. Como monstruoso. Era lo que más se acercaba a explicar cómo me sentía
  • María José Cadenahas quotedlast year
    Ni su sexo ni su edad la incapacitan, señor Nicholson. Mientras esté empleada en el campo de la erudición, y le aseguro que así es, tiene fundamentos para que la hagan lectora
  • María José Cadenahas quotedlast year
    Las palabras vulgares, como tú las llamas, son las víctimas habituales. Con independencia de las pruebas que existan para su inclusión, hay quienes desearían que esas palabras desaparecieran.
    Por mi parte, creo que añaden color. Una palabra vulgar, bien colocada y pronunciada con el vigor justo, expresa mucho más que su equivalente cortés
  • Dani Vhas quoted2 years ago
    pese a lo cerca que lo tenía, me dio la sensación de que estaba muy lejos.
  • Hypatia Ramirezhas quotedlast year
    —¿Qué es adelgazar? —pregunté.

    —Un ideal imposible y algo de lo que no creo que tú tengas que preocuparte nunca —contestó. Después añadió—: Es cuando haces que algo sea un poco más pequeño.
  • Hypatia Ramirezhas quotedlast year
    Cerré los ojos y me imaginé a mi madre removiendo una olla de sopa. Intenté vestirla con ropa normal, pero se negó a quitarse el velo de novia que llevaba en la fotografía que había junto a la cama de mi padre. Esa foto me gustaba más que cualquier otra porque papá la miraba a ella y ella me miraba directamente a mí. «El velo terminará en la sopa», pensé y sonreí.
  • Hypatia Ramirezhas quotedlast year
    Sí, por favor.

    —La señorita Fernley había insistido en que Azucena preparara la sopa para el almuerzo de nuestro club. Le salió espantosa; todo el mundo lo pensó y algunos incluso lo dijeron en voz alta. Por desgracia, Azucena debió de oírlo, porque se retiró a la sede del club y se afanó en limpiar mesas que no necesitaban que las limpiaran.

    —Pobre Azucena —dije.

    —Bueno, puede que no opines lo mismo cuando escuches el resto de la historia. Si no fuera por aquella sopa tan horrible, quizá no hubieras llegado a nacer nunca.

    Sabía lo que se acercaba y contuve la respiración para escucharlo.

    —No sé muy bien cómo, tu padre consiguió terminarse su cuenco. Me quedé estupefacta, pero luego lo vi llevarse el cuenco a la cocina y pedirle a Azucena una segunda ración.

    —¿Y también se la comió?

    —Sí. Y, entre cucharada y cucharada, le hizo a Azucena una pregunta tras otra y, en un lapso de quince minutos, la cara de tu madre pasó de ser la de una chica tímida e incómoda a la de una joven segura de sí misma.

    —¿Qué le preguntó?

    —Eso no puedo decírtelo, pero, para cuando tu padre terminó de comer, era como si se conocieran de toda la vida.

    —¿Supiste que se iban a casar?

    —Bueno, recuerdo que pensé en lo afortunado que era que Harry supiera hervir un huevo, porque a Azucena nunca iba a gustarle pasar demasiado tiempo en la cocina. Así que, sí, creo que supe que se casarían.

    —Y luego nací yo y luego ella murió.

    —Sí.

    —Pero, cuando hablamos de ella, cobra vida.

    —Nunca lo olvides, Esme. Las palabras son nuestras herramientas de resurrección.
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