Mediados, es decir, introducidos, explicados en cuanto a su sentido.
Engarzados en una secuencia didáctica. No un archipiélago de tareas inconexas, sino elegidos con sentido global y particular.
Adecuados al contexto en que se van a realizar, por ejemplo, en la casa con asistencia familiar o en el aula.
Acordes a la centralidad del estudiante. Atendiendo a la edad, intereses y capacidad autónoma de resolución del estudiante para resolverlos de forma independiente o con la ayuda con la que contaban en sus familias, con sus condiciones económicas y socioculturales.
Ordenados. Con referencias (curso, fecha, unidad didáctica, etc.) y con partes o secciones muy nítidas, en donde se destacan y enfatizan las consignas de trabajo; por ejemplo: con el verbo o la acción a realizar por parte del estudiante destacados mediante letra subrayada o negrita.
Con consignas claras, enunciadas con simplicidad, que ayuden al aprendiz a comprender con claridad qué debe hacer. En vez de seguir