Louise Glück

quien nada tiene, gana

Me pareció entonces que el cuerpo de mi hermana

era un imán. Lo sentía atraer

el corazón de mi madre hacia la tierra

cuando prestaba atención a una de ellas, cuando la amaba,

hacía daño a la otra

Y por eso no soy de fiar.

Porque una herida en el corazón

es también una herida en la mente.

NO me hagas caso, me han roto el corazón.

No puedo ver con objetividad.

Cuando hablo con pasión,

es cuando menos debes confiar en mí.

Lo que él quería

era tirarse en el sillón

con el Times

tapándole la cara

para que la muerte, al venir,

no pareciese un cambio significativo.

No se puede visitar museos

con alguien que se niega

a abrir los ojos.

Lo que odiaba

era ser una niña,

no poder elegir

a quién amar.

Hay modos

de obligar a alguien a mantener lo que ha dicho; cuando utiliza la palabra promesa, por ejemplo.

Pero se debe ser paciente, ser capaz de esperar, de escuchar.