Porque podemos ser mejores —contestó a Saphira—. ¿Hemos de ceder a nuestros impulsos de herir o matar a cualquiera que nos moleste, de tomar cuanto queremos de quienes son más débiles y, en general, de despreciar los sentimientos de los demás? Somos imperfectos por nacimiento y debemos vigilar nuestros defectos para que no nos destruyan. —Señaló a los conejos—. Como dijo Oromis, ¿por qué hemos de causar un sufrimiento innecesario?