espués, casi a los dos años, la retomé. Debía editarla, cerrar los puntos que me parecía que no acabaron correctamente, y fue ahí cuando mi destino nuevamente volvió a demostrarme que, pese a todo, la magia existe y mi segundo motivo anunció su entrada en mi existencia. Acabar nuevamente supuso un suplicio, algo muy costoso; aun así, lo logré y concluí. No quise entender por mucho tiempo lo que esta historia me marcó, lo que de verdad implica en mi interior. Emprendí el viaje de Kyana, la protagonista, siendo una persona, y lo terminé siendo otra completamente diferente. Así que por todo esto Muy profundo lo dedico y agradezco a mis hijos, mis soles, mis tesoros, mis razones, los responsables de que esta historia tenga, hasta donde yo creo, su magia.