Podrías haberte ido en cualquier momento…
—¿En serio? ¿Me lo habrías permitido? —me pregunta, sacudiendo la cabeza—. ¿Vernos cada día en el instituto, ir a las mismas clases, hacer las mismas rutinas, pero sin estar juntos? Cada vez que rompíamos, no llegábamos a estar ni un solo día separados.
¿Se lo habría permitido? ¿Qué significa eso? Si volvíamos era porque ambos lo queríamos. Y ahora… ¿me dice esto?
—¿Entonces? ¿Estabas… fingiendo?
—No fingía. Aguantaba, porque…