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Kim Ho-yeon

  • Sunai Lovehas quoted3 months ago
    Porque tengo ojo para la gente. Por eso te contraté, ¿no?
  • Sunai Lovehas quoted3 months ago
    si eres así de buena, el mundo se te va a comer.
  • Sunai Lovehas quoted3 months ago
    a las personas, igual que a los países, se las juzga por los hechos del pasado
  • Sunai Lovehas quoted3 months ago
    . Sé juzgar el carácter de la gente.
  • Sunai Lovehas quoted3 months ago
    –Si un jefe no valora a sus empleados, estos no valorarán a los clientes.
  • Sunai Lovehas quoted3 months ago
    Sin embargo, el chico se había marchado de repente a Australia con un visado de esos de trabajar viajando o no sé qué historias y aún no había regresado después de varios años. Tal vez había formado una familia con una australiana de dos metros o trabajaba cuidando canguros y se había enamorado de uno. A saber.

    En cualquier caso, aquella tienda en un rincón del Cheongpa-dong se había convertido para Si-hyeon en su espacio más seguro.
  • Sunai Lovehas quoted3 months ago
    estaba en el otoño de la juventud, los veintisiete
  • Sunai Lovehas quoted3 months ago
    tenía dinero y no tenía pareja.
  • Sunai Lovehas quoted3 months ago
    Cualquier sentimiento de fastidio o frustración se esfumaba. Y no parecía que solo le ocurriese a ella: la atmósfera de la tienda por la mañana estaba cambiando gradualmente, como si la dirección de la luz del sol se estuviera ajustando.
  • Sunai Lovehas quoted3 months ago
    Bueno… todavía es joven.

    –¡Tiene treinta años! ¡Treinta! No es más que un parado incapaz de hacerse cargo de sí mismo.

    –¿Has… hablado con tu hijo sobre esto?

    –No escucha una palabra de lo que digo. Se esconde. He intentado hablar con él muchas veces. No solo me ignora, sino que me evita. ¡Para él no soy más que una criada o la casera!

    –E-escucha a tu hijo. Da la s-sensación de que… solo estás diciendo que tu hijo no te escucha, pero… parece que t-tú tampoco le escuchas a él.

    –¿Cómo?

    –A-ahora me estás escuchando, ¿no? Pues… escucha así también a tu hijo. ¿Por qué dejó el trabajo? ¿Por qué invirtió en acciones? ¿P-por qué hizo una película?

    –¿Y eso de qué sirve ahora? ¡Hizo todo lo que quiso y fracasó! ¡Y ni siquiera me habla!

    –Pero debió haber hablado contigo… al menos una vez, ¿no?

    –Ay… eso fue hace tres años. Estallé cuando dijo que iba a dejar el trabajo. ¿Por qué marcharse de una gran empresa después de luchar tanto por entrar? ¿No es de locos?

    –Entonces, ¿sabes por qué… lo dejó?

    –Pues no.

    –Pregúntale de nuevo. Por qué dejó… el trabajo. Q-qué pasó. T-tú, como su madre… deberías saberlo.
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