Pero es que no tengo ganas de hablar, no tengo ganas de dar explicaciones ni de pedirlas, no quiero más peleas ni desatar nuevas tormentas, no ahora; lo único que quiero es procurar el mayor silencio posible durante un tiempo, necesito recuperar la calma. Por el momento no pienso decir nada; sé que es mi obligación hablar con mi hija —qué duro es no poder zafarse de la maternidad ni por un rato, ni cuando eres incapaz de ser madre, pero de verdad necesito un receso