presunción? ¿Has oído lo que ha dicho Etheria? —y se dirigió a esta última—: ¡Repítelo, si te atreves!
A continuación, la bruja de las Tormentas repitió muy segura:
—He dicho que soy la única que puede resolver la situación. Recuperaré el Gran Reino. Mis legiones están preparadas.
Cyneria se enfureció de nuevo. Se puso roja y concentró la mirada en las largas cortinas que cubrían la ventana del salón. De pronto, la tela se incendió. Fue una llamarada instantánea e imprevista, que en pocos segundos redujo las cortinas a dos montones de ceniza.
—Y ahora utiliza tu magia para hacer limpieza, Etheria —dijo la bruja de las Cenizas, con una gran carcajada burlona.
Etheria no vaciló. Levantó