Muy bien, ahora imagina que ese pájaro nunca fue un animal. Fuiste tú. Entraste herida y permaneces sola todos los días de tu vida. Nadie te habla, nadie te escucha. Solo te exhiben y se llenan la boca hablando de cómo te rescataron.
Los humanos somos animales y, al igual que las aves, necesitamos tiempo, cuidados y amor