Tenían la sensación de conocerse ya, la sensación de que si estaban ahí, juntos, era porque habían quedado. Todo era tan sencillo que resultaba desconcertante. Y esa facilidad trastornaba todas las citas anteriores, todas esas citas en las que habían tenido que hablar, habían tenido que tratar de resultar graciosos, que hacer un esfuerzo por parecer interesantes. Lo suyo, esa facilidad y esa naturalidad, casi daba risa.