Yo creo que tendríamos que vivir tan cerca de la tierra como podamos, siendo más conscientes de la provisión de Dios a través de las estaciones y de nuestra dependencia de la lluvia y el sol. Deberíamos agradecer conscientemente a Dios por nuestra comida, disfrutándola y celebrándola. Al mismo tiempo, ser buenos mayordomos, sin desperdiciar ni consumir excesivamente,