Rosina Harrison

Pero uno no echa en falta lo que nunca ha tenido, y hay cosas que quizá sea mejor no tener.

En aquella época el hombre de la casa, el que ganaba el pan, se consideraba más importante que el resto, así que teníamos que mantenerlo bien alimentado, sano y en forma. Era lógico, pues si no trabajara nos moriríamos todos de hambre.

No era la clase de enseñanzas que nos haría millonarios, pero sí una base sólida para el tipo de trabajo al que podíamos aspirar en aquella época,

No, tienes que empezar donde y como quieras seguir.

nuestra relación creció, pero con un tono distinto, mucho más superficial.

había desarrollado un sentido del humor que me permitía reírme y disfrutar de un trabajo del que muchos se quejarían. Desde entonces esta capacidad me ha permitido sobrellevar las peores crisis e incluso tolerar malas maneras sin perder los nervios ni enfurecerme.

pero el amor se tiene que demostrar. Es como un regalo, sólo que más precioso.

Comprendí que había hecho bien mi trabajo, pero que me había equivocado al no defenderlo ni defenderme cuando me habían atacado

—La diferencia entre nosotras, señora, es que usted tiene dinero. El dinero es poder; la gente respeta el dinero y el poder, y a usted la respetan porque los tiene.

Fue entonces cuando comprendí que tenía sentimientos como cualquier persona. Simplemente creía que mostrarlos era un signo de debilidad, lo cual era una tontería, pues los sentimientos deben airearse de vez en cuando