Dichos atributos son: prioridad, que establece una jerarquía de los derechos que compiten por los mismos activos; durabilidad, que extiende en el tiempo los derechos prioritarios; universalidad, que los extiende en el espacio, y convertibilidad, que opera como un seguro que permite a los poseedores convertir sus derechos de crédito privados en dinero estatal bajo demanda, protegiendo de este modo su valor nominal, ya que solo la moneda de curso legal puede ser un verdadero depósito de valor, tal como se explicará más detenidamente en el capítulo 4.[10]