Elizabeth Gilbert

Los numerosos motivos por los que ya no quería ser la esposa de ese hombre son demasiado tristes y demasiado íntimos para enumerarlos aquí. Mis problemas tenían mucho que ver en el asunto,

Era el momento de buscar esa paz terapéutica que sólo se encuentra en soledad.

Estoy sola; estoy completamente sola. Estoy más sola que la una.

yo había participado activamente, segundo a segundo, en la construcción de nuestra vida, ¿por qué me daba la sensación de que el tema no tenía nada que ver conmigo?

Lo único que me parecía tan impensable como irme era quedarme. No quería destrozar nada ni a nadie.

Sólo quería marcharme silenciosamente por la puerta de atrás, sin ningún jaleo ni secuela, y no parar de correr hasta llegar a Groenlandia.

hombres convertidos en perfectos mausoleos

Sabía que no debía leer nada de este material, pero era incapaz de contenerse. Quería saber todo lo que pudiera aprender. Todas estas lecturas colmaron su mente de un verdadero desfile circense de cuerpos: desnudos y azotados, degradados y envilecidos, deseosos y desacoplados (solo para acoplarlos de nuevo y volver a envilecerlos).

Soy diligente y disciplinada, pero no poseo el don de la genialidad.

Tienes una mente de gran solidez y sustancia. Tus emociones son duraderas como una caja fuerte.

La llamaba «mi otra alma, mi alma superior».