Álvaro Ochoa Serrano

l cronista franciscano Isidro Félix de Espinosa, quien escribió en la primera mitad del siglo XVIII su Crónica de la provincia franciscana de Michoacán, asegura que la labor misionera de su orden en los pueblos de la costa duró 40 años, y cuando se retiraron los religiosos algunos naturales volvieron a sus antiguos cultos.

A diferencia de las actividades económicas emprendidas por los colonos españoles, que buscaban obtener ganancias con la venta de productos en los principales centros urbanos del virreinato, la economía indígena se orientó a satisfacer las necesidades de subsistencia y a generar excedentes de ciertos productos con los que los naturales cubrían el tributo de los encomenderos o de la Corona española

mediados del siglo XVII el cronista mayor de Indias Gil González Dávila dibujó el primer mapa de Michoacán.