Aquella chica de ciudad necesitaba pasar un poco de tiempo al aire libre… y otro poco en el dormitorio…
La recatada Deb Harrington no había imaginado nunca que un guapísimo desconocido irrumpiera en su oficina para decirle cómo hacer su trabajo. Aquel cowboy tan seguro de sí mismo la hacía sentir que necesitaba las caricias de aquellas manos fuertes y masculinas. Y, sin darle oportunidad de protestar, se la llevó a su rancho para darle un par de lecciones.
Dusty Wilson quería que Deb entendiera su punto de vista sobre la disputa de negocios que había entre ellos… y que sintiera la misma atracción que él sentía por ella.