boda. La boda de mis sueños. La boda que nunca fue. Jasón me prometió que nos casaríamos, pero no lo cumplió. Me imaginé entrando a la iglesia con vestido blanco, a mi padre, a mi madre, a Circe llorando de orgullo porque su sobrina, la más loca de sus sobrinas, al fin contraía nupcias. Lloré escuchando al cantante recitar los votos matrimoniales de vivir toda la vida en la pobreza y en la riqueza, en la salud y en la enfermedad. Lloré porque me imaginé mi boda en Aztlán con mole y banda, jurando amor eterno frente a un Cristo crucificado. Pero no. Nunca tuve una boda. Nunca tuve un par de anillos con mi nombre y el de Jasón grabados, porque yo estaba enamorada de él, pero él de mí, no. Yo quería una boda, pero tuve un funeral.