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Rick Riordan

La marca de Atenea

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  • Vanessahas quotedlast year
    ¿Némesis quería que él se vengara de Gaia? Leo lo haría con mucho gusto. Iba a hacer que Gaia se arrepintiera de haberse metido con Leo Valdez.

    —Sí. —Echó un último vistazo al paisaje urbano de Roma, que se estaba tiñendo de rojo sangre a la luz del atardecer—. Festo, iza las velas. Tenemos que salvar a unos amigos.
  • Vanessahas quotedlast year
    Entonces Percy soltó el pequeño saliente y juntos, cogidos de la mano, él y Annabeth cayeron en la oscuridad infinita.
  • Vanessahas quotedlast year
    Percy agarró más fuerte la muñeca de Annabeth. Él tenía la cara demacrada, llena de arañazos y manchada de sangre, y el cabello cubierto de telarañas, pero cuando la miró fijamente, a ella le pareció que nunca había estado más guapo.
  • Vanessahas quotedlast year
    Abrió su programa de visualización tridimensional. Su último diseño seguía visible, la clave del plan de Annabeth, inspirado por la musa más improbable de la historia: Frank Zhang
  • Vanessahas quotedlast year
    Percy trató de pensar. Lo normal era dividirse, luchar contra los gigantes uno contra otro, pero ese método no había dado resultado la última vez. Cayó en la cuenta de que necesitaban otra estrategia.

    Durante todo aquel viaje, Percy se había sentido responsable de guiar y proteger a sus amigos. Estaba seguro de que Jason se sentía igual. Habían trabajado en pequeños grupos con la esperanza de correr menos peligro. Habían luchado de forma individual; cada semidiós había hecho lo que mejor se le daba. Pero Hera los había convertido en miembros de un grupo de siete por un motivo. Las pocas veces que Percy y Jason habían colaborado —invocando la tormenta en el fuerte Sumter, ayudando al Argo II a escapar de las Columnas de Hércules o llenando el ninfeo—, Percy se había sentido más seguro, más capaz de resolver problemas, como si durante toda su vida hubiera sido un cíclope y de repente se hubiera despertado con dos ojos.

    —Atacaremos juntos —dijo—. Primero a Oto, que es el más débil. Lo eliminaremos rápido y pasaremos a Efialtes. Bronce y oro juntos; tal vez así tarden un poco más en volver a formarse.

    Jason sonrió irónicamente, como si acabara de descubrir que moriría de una forma vergonzosa.

    —¿Por qué no? —dijo—. Pero Efialtes no se quedará quieto esperando a que matemos a su hermano. A menos…

    —Que haya mucho viento —propuso Percy—. Y debajo de la palestra hay tuberías de agua.

    Jason lo entendió enseguida. Se rió, y Percy sintió que brotaba una chispa de amistad. Ese chico pensaba igual que él en muchos aspectos.

    —¿A la de tres? —dijo Jason.

    —¿Por qué esperar?

    AMO ESTO

  • Vanessahas quotedlast year
    Aquellos monstruos y dioses tenían miles de años de antigüedad. ¿No podían tomarse unas cuantas décadas de descanso y dejar que Percy viviera su vida? Por lo visto no
  • Vanessahas quotedlast year
    Percy estaba harto de agua.

    Si lo dijera en voz alta, probablemente lo echarían de los Boy Scouts Marinos de Poseidón, pero le daba igual.

    AJDJAJS

  • Vanessahas quotedlast year
    El agua les llegaba hasta la barbilla. Unos centímetros más y tendrían que nadar. Sin embargo, el agua todavía no había alcanzado la mitad de profundidad hasta el techo. Piper esperaba que eso significara que todavía tenían tiempo
  • Vanessahas quotedlast year
    A veces averiguaba el funcionamiento de una máquina posando las manos encima de ella. Había aprendido a pilotar un helicóptero de esa forma. Había reparado a Festo el dragón de esa forma (antes de que Festo se estrellara y se incendiara). En una ocasión, incluso había reprogramado las vallas publicitarias electrónicas de Times Square para que lucieran el mensaje: TODAS LAS NENAS QUIEREN A LEO… sin querer, por supuesto.
  • Vanessahas quotedlast year
    —Está bien —dijo en voz alta, para oír su voz—. Piensa, Annabeth. Establece prioridades.

    Se acordó de un ridículo curso de supervivencia en la naturaleza que le había impartido Grover en el campamento. En su día, como mínimo, le había parecido ridículo. Primer paso: busca amenazas inmediatas en tu entorno
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