El hijo judío es un libro conmovedor por la honestidad de su narrador, que parte de la rabia para escribir y termina sufriendo una transfiguración. Cuenta el giro radical en la vida de un personaje, el propio autor, que pasa de recordar una infancia dolorosa por los castigos físicos que su padre le infringía a cuidar de él cuando se está muriendo. En este texto de autoficción o autobiográfico, Daniel Guebel se enfrenta a la ambivalencia del recuerdo y termina pensando que es una construcción quizás para salvar lo más digno del pasado.