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Amado Nervo

El diamante de la inquietud

  • Mildred Osirishas quoted5 years ago
    Aun cuando a veces se me ocurre que acaso la condición por excelencia de la felicidad, es no pensar en ella… ¡En cuanto en ella piensas, piensas también que no hay motivo para ser feliz! Y, por lo tanto, ya no lo eres.
  • Juan Duránhas quotedlast year
    -Al contrario, es usted una mujer a quien no se debe dejar de amar.
  • Cris Garayhas quoted2 years ago
    En suma, ¿qué es la vida sino un relámpago entre dos largas noches?
  • Ghibek Pelaezhas quoted5 years ago
    Mi vida está llena de dulces fantasmas. Pero
  • Carlos Williamshas quoted2 months ago
    Cuantas veces mirando la noche estrellada me he dicho: cada uno de esos soles gigantescos alumbra mundos y de cada uno de esos mundos surge un enorme grito de dolor, el dolor inmenso de millones de humanos… Pero no lo oímos; la noche permanece radiante y silenciosa. ¿Adónde va ese dolor inconmensurable; en qué oreja invisible resuena; en qué corazón sin límites repercute; en qué alma divina se refugia? ¿Seguirá surgiendo así inútilmente y perdiéndose en el abismo?
  • Carlos Williamshas quoted2 months ago
    -Qué sabe usted -exclamé-, qué sabe usted si una fuerza podría detenerla: ¡el amor por ejemplo! ¡Si el destino para castigarla hace que enloquezca usted de amor por otro hombre!

    -Es posible que yo enloquezca de amor (ya que los pobres mortales siempre estamos en peligro de enloquecer de algo)
  • Cris Garayhas quoted2 years ago
    souvenir des morts -dice Maeterlink- est même plus vivant que celui des vivants, comme s'ils y aidaient, comme si de leur côté ils faisaent un effort mystérieux pour rejoindre le nôtre
  • Cris Garayhas quoted2 years ago
    Nulla est sincera voluptas, sollicitum que aliquid laetis advent
  • Cris Garayhas quoted2 years ago
    Il faut ne penser a rien pour être immortelle avec Plaisir
  • Cris Garayhas quoted2 years ago
    Cuantas veces mirando la noche estrellada me he dicho: cada uno de esos soles gigantescos alumbra mundos y de cada uno de esos mundos surge un enorme grito de dolor, el dolor inmenso de millones de humanos… Pero no lo oímos; la noche permanece radiante y silenciosa. ¿Adónde va ese dolor inconmensurable; en qué oreja invisible resuena; en qué corazón sin límites repercute; en qué alma divina se refugia?
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