—Hannah —dice, incluso más profundo de lo habitual—. Qué vas a…
Comienzo lamiendo la cabeza, a fondo, con delicadeza. Pero él se siente suave y cálido contra mi lengua, e inmediatamente me impaciento. Muevo mi cabello para que no estorbe y sello mis labios alrededor de él, chupo suavemente una, dos y luego…
Oigo un gruñido. Luego el sonido de algo rasgándose. Con el rabillo del ojo, noto la gran mano de Ian empuñando la sábana. ¿Acaba de rasgar mi…?