Sentí el frío de la piedra en mis labios cuando la besé. Acomodé mi cabeza como si fuera su pecho y contemplé la nieve caer, cada vez más intensa.
Es extraño que nieve a mediados de Marzo, ¿no crees?
Pero Cristianno no contestó. No lo haría nunca... Porque estaba muerto.
—Abrázame —jadeé.
Y si lo hizo, jamás lo sabría