Los templarios

Verba volant, scripta manent.
«Las palabras se las lleva el viento,
los escritos permanecen».
Proverbio latino

para los templarios, Delos era el ombligo de la Tierra. En Delos se encontraba el gran santuario de Apolo, dios de la belleza, de las artes, de la adivinación…, elementos indispensables en la civilización evolucionada.

Las capillas octogonales, que son creación de la orden, servían para la comunión del grupo, para la iniciación. Representan el paso de la muerte a la resurrección, el paso de las tinieblas a la luz. El número 8 es el de las ruedas de los druidas celtas

La humanidad es así: incapaz de permanecer en un mismo lugar, siempre deseosa de realizar descubrimientos y vivir aventuras. Una vez abierta una ruta, rápidamente es frecuentada por numerosos viajeros.

La esfera sobre el cubo simbolizaba también en aquella época que la Tierra es redonda y no plana como lo pretendían los dogmas de la Iglesia.

¿Es la cruz paté la clave
de una geografía sagrada?

Por otra parte, esta cruz hace que nos planteemos aún más preguntas; parece la clave de una geografía sagrada.
Efectivamente, tomando como punto de partida un lugar «templario» y uniéndolo a poblaciones cercanas con nombre de santo, se puede ver dibujada una estrella con ocho puntas…

En aquel primer momento se hacen llamar «pobres caballeros de Cristo»; mendigan y viven como pordioseros pero son, sin duda, los primeros templarios.

La genial e innovadora idea que diferenciará esta orden de las demás consiste en que los templarios son a la vez monjes y soldados.

Así es como, en 1118, nueve caballeros se agrupan y emprenden el camino en dirección al monte Moriah, una de las colinas sagradas de Jerusalén.