Pablo se da cuenta de que si Cristo no hubiera venido a pagar el castigo por los pecados, Dios no podría mostrar que era justo. Porque si él hubiera pasado por alto los pecados en el pasado y no los hubiera castigado, las personas podrían con razón acusar a Dios de injusticia, basándose en la suposición de que un Dios que no castiga el pecado no puede ser un Dios justo