la fábrica, la leche se vuelve un producto industrial. Se pasteuriza para matar el 99 por ciento de las bacterias que la componen (diez segundos a setenta y dos grados), o se ultrapasteuriza para matar el 100 por ciento (cinco segundos a doscientos grados), se descrema para darle una materia grasa pareja, se recrema con el mismo propósito (agregando 1,5 por ciento de crema a la descremada y 3 por ciento a la entera), se homogeniza friccionando las moléculas de grasa (que son diferentes unas de otras) hasta dejarlas del mismo tamaño, diminutas y estables, con el objetivo de que no haya separación o elevación a la superficie de la materia grasa. Finalmente, la mayor parte es deshidratada y transformada en leche en polvo: un producto inerte que se puede almacenar y comercializar por años.
Queremos leche de vaca pero siempre y cuando se parezca lo menos posible a leche de vaca.