En 1226 a.C. nace en la capital de Egipto un niño llamado Masesaya, nieto del gran Ramsés II. Una predicción hecha a su madre, la princesa Tajat, le revela que el nombre de su hijo perdurará en la Historia. Tajat, que detesta a su marido, el cruel príncipe Nefersetrá, intuye que su hijo está destinado a derrocar a su padre para convertirse en un faraón más poderoso que el propio Ramsés II.