Una niña de apenas nueve años, hija de una militante en la guerrilla montonera, pasa a la clandestinidad junto con su madre durante los violentos meses previos al llamado «proceso de recuperación nacional». Se mudan de la Capital Federal a La Plata, a una casa donde se supone que se crían conejos, y que en realidad es la imprenta del periódico de oposición Evita Montero en el que han colaborado sus padres y por ellos son perseguidos. La irresistible fuerza de esta novela reside en que los hechos están narrados desde le punto de vista de la niña y la autora consigue transmitirlo así de una forma magistral.