El primer paso es permitirse tener el sentimiento sin resistirse a él, desahogarse, temerlo, condenarlo o tener un juicio moral en torno a él. Significa abandonar el juicio y ver que es solo un sentimiento. La técnica consiste en estar con el sentimiento y renunciar a cualquier esfuerzo por modificarlo en algún sentido. Deja de querer resistirte al sentimiento. La resistencia es lo que mantiene al sentimiento en marcha. Cuando dejes de resistirte o de intentar modificar ese sentimiento, dará paso al siguiente, que vendrá acompañado de una sensación más ligera. Una sensación o sentimiento a los que no te resistas desaparecerán a medida que se disipe la energía que tienen detrás.