Beroso menciona a nuestro padre Abraham, sin nombrarlo, cuando dice: "En la décima generación después del diluvio hubo entre los caldeos un hombre justo y grande, y entendido en la ciencia del cielo." Hecateo hizo algo más que nombrarlo; dejó todo un libro sobre él. Nicolás de Damasco, en el cuarto libro de su historia, dice: "Abraham reinó en Damasco, siendo forastero, y habiendo llegado con un ejército de una tierra situada más allá de Babilonia que él llamaba Caldea. Poco tiempo después se trasladó con su familia a la tierra llamada entonces Canaán y que ahora se llama Judea. Fue cuando su posteridad se multiplicó y se convirtió en una multitud; en cuanto a esa posteridad, relatamos su historia en otro libro. El nombre de Abraham sigue siendo famoso en Damasco, donde hay una aldea que se llama en su honor Residencia de Abraham