Rumbo a la felicidad

Los sabios dicen que una mente confusa es un regalo maravilloso para el espíritu. Cuando aprendemos a silenciar nuestro razonamiento y cálculos, logramos entrar en la dimensión de la espiritualidad y el amor, pues en la mente están nuestros temores, creencias y dudas, así como los bloqueos mentales

La gente más feliz no es la que tiene lo mejor de todo, sino la que hace lo mejor con lo que tiene

Comprendo que el camino a la felicidad de cada persona es distinto: todos tenemos diferentes intereses y gustos.

3. Círculo de siete pasos hacia una vida llena de alegría. El camino de cada persona hacia la felicidad es diferente, pero al practicar constantemente estos siete pasos (gratitud, positivismo, ser más sociable, compasión y bondad, vivir en el presente, tener un sueño y cuidar de la mente, el cuerpo y el espíritu)

Lo importante es mantener su propia identidad y establecer parámetros propios, objetivos y sueños, basados en lo que deseamos y no en lo que los demás han podido lograr.

Involucrarse conlleva simplemente participar y colaborar, lo cual no se parece al compromiso el cual significa dar más de lo exigido

“A veces hay que seguir tus sueños muy lejos para encontrar lo que está más cerca de tu corazón

peor que le había pasado, fue que todas sus cosas se habían perdido. El náufrago estaba confundido y enojado con Dios y llorando le decía: “¿Cómo pudiste hacerme esto?” y se quedó dormido sobre la arena. Temprano a la mañana siguiente, escuchó asombrado la sirena de un buque que se acercaba a la isla. ¡Venían a rescatarlo!

Al llegar sus salvadores les preguntó: “¿Cómo sabían que yo estaba aquí?” y ellos les respondieron: “Vimos las señales de humo que nos hiciste”.

El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños”.

Pues este juego es una realidad, desde que nacimos recibimos en nuestro banco mágico del tiempo 86.400 segundos de vida para vivirlos cada día.

A diario nos hacen un depósito y en la noche el tiempo que no disfrutamos no se acumula para el día siguiente, se pierde por completo. Pero cada mañana nuestra cuenta se vuelve a llenar.