¡Oíme bien Satanás!

Dios nos enseña que la muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos (Proverbios 18.21). La maldición ata las vidas e impide la bendición. Aprenda a bendecir a sus hijos, a su cónyuge, a sus padres y

«Señor, si esto es tuyo, tú me empujarás a hacerlo».

«Señor, si esto es tuyo, tú me empujarás a hacerlo

Cuando usted camina en la perfecta voluntad de Dios, las cosas ocurren sin que sea necesario preocuparse.

muchas veces queremos que el Señor nos dé, pero no estamos dispuestos a entregarle lo que Él nos pide.

Por muchos años creímos que el Espíritu Santo vendría sobre la vida de una persona únicamente si vivía en santidad. Meditando al respecto

Es su decisión, no espere más. La falta de perdón frena los beneficios de Dios. Decídase a restituir las relaciones quebrantadas por completo en su corazón y entonces será lleno de las bendiciones de nuestro glorioso Señor.

Si los que tienen heridas y raíces de amargura en sus corazones no cumplen en primer lugar con la ley espiritual del perdón, le dan ventajas al diablo y le abren una puerta a sus maquinaciones. Todas estas son trabas y luchas que Satanás pone en la vida de quienes aún no han entregado todo al Señor, inclusive el odio y el rencor.

«Espíritu humano, vuelve y toma el control de tu cuerpo en el nombre de Jesús».

También muchas veces por palabras dichas por los padres a sus hijos, como cuando le dicen a un niño: «Mujerecita» o «Niñita», para intentar así ofenderlo o menoscabarlo sin saber que al