sé en realidad lo que sucedió, pero no creo que Armando ayudara a la muchacha con la condición de que se casara con él. Esas cosas se hacen por cariño... por amor... nada más...
—Ajá.
—Si no, pierden todo el mérito que pudieran tener.
—Pero si la muchacha a quien él ayudó, lo quería también...
—¡Ah!, entonces cambian las cosas. Ya no es cuestión de premio o de gratitud...
—Sino de cariño mutuo.
—Exactamente.