El núcleo del mito consiste en que, mediante un conjuro, un acto mágico, una maldición, un anillo, una piel, un cinturón o un ungüento, un humano se metamorfosea en lobo y se comporta como esa bestia. Pero es capaz de volver a su forma humana original. En el proceso de mutación hay variantes: pueden intervenir el demonio, una mujer traicionera, un impulso de venganza y otros factores. El resultado de la metamorfosis es un lobo que aloja un alma humana, que se comporta con ferocidad aunque no siempre amenaza a los humanos.