El policía sacó las fotografías del sobre y las desplegó en el escritorio. Mostraban distintos aspectos de una cabeza decapitada, a la que le habían insertado unos cuernos de cabra en la frente. Estaba depositada en un promontorio de rocas en un paisaje boscoso, y la rodeaban distintos objetos: una flauta, un bastón de madera con el mango curvo, una piel de conejo y frutas.