Rosario Tijeras

– Y vos, parcero, ¿alguna vez te has enamorado?
Recuerdo que lo poco que preguntó lo hizo en un tono infantil, una mezcla extraña de niña y mujer, utilizando ese tono contemplado con el que las mujeres buscan hacerse querer.
Le respondí. Muy cerca de su cara, porque durante las preguntas ya estábamos muy cerca, por eso no tuve que hablar fuerte para responderle que sí, que todavía lo estaba, y ella me preguntó bajito: «¿Y de quién?», y aunque ella sabía la respuesta, yo le contesté más bajito aún: «De vos».

Cuanto más temprano conozca uno el sexo, más posibilidades tiene de que le vaya mal en la vida.

Desde niña he sido muy envalentonada -decía orgullosa-.

y así se la pasaba, cambiando de edad como de ropa, como de amantes.

Se encerraba a comer llena de miedo, no salía en semanas, pedía dulces, postres, se comía todo lo que se le atravesara.

Como mucho ofrecía una sonrisa, de esas que alumbran en la oscuridad.

sexo y castigo, de placer y dolor.

la vida rara vez nos da lo que le pedimos, esa vez tampoco quiso hacer una excepción.

entraba una brisa fresca y con la música y el vino daban ganas de eternizar ese momento.

esa sola noche que amerita cerrar siempre los ojos para recordarla con la misma intensidad.