En esta versión de la leyenda, Nuño con solo cien soldados recibe la orden de entregar a las doncellas a los musulmanes. Cuando se forma la comitiva, Sancha rasga sus vestidos y va desnuda con el resto de las doncellas y los soldados de Nuño. Al aparecer los musulmanes, Sancha se pone sus vestidos, y explica su conducta.
«No os ofenda, cobardes, que desnudas
entre mujeres hasta aquí vengamos,
que tales sois, pues a las manos crudas
llevadas por vosotros caminamos;
mas pues vienen varones con agudas
armas, es gran razón que nos cubramos,
y en cualquier parte ante ellos nos convenza
la honestidad, respeto y la vergüenza.»
Nuño, conmovido, desobedece a su rey, y ataca y derrota a los enviados del emir de Córdoba con la ayuda de las doncellas asturianas. En un principio, el rey Alfonso el Casto pretende decapitar a Nuño. Sin embargo, tras saber el motivo de su desobediencia lo perdona y le da como esposa a Sancha.