“No se angustien”, dijo. “Voy a prepararles un lugar. Y, si me voy se lo preparo, vendré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté” (Juan 14:1-3). Cuando me vaya seguiré trabajando de todo corazón por ustedes. Voy a mi Padre, y al suyo, para cooperar con él a favor de ustedes.
“El que cree en mí las obras que yo hago también él las hará, y aun las hará mayores, porque yo vuelvo al Padre” (v. 12). Cristo no quiso decir que sus discípulos harían esfuerzos mayores que los que él había hecho, sino que su trabajo tendría mayor amplitud. Se refería a todo lo que sucedería bajo la acción del Espíritu Santo.