Este libro constituye una valiosa pieza literaria que ofrece los rasgos más sutiles de una narrativa que se afana en resguardar sus raíces orales a la vez que construye una escritura que, pese a su concisión, refleja imágenes de un lirismo fascinante.
En veintitrés relatos que componen una obra plena de estilo y libre de rigores formales, Casiraghi deja fluir una voz que se declara testimonial y que al mismo tiempo es capaz de construir personajes, paisajes y emotividades de una complejidad conmovedora. Por ello, las anécdotas que abrigan estas páginas no pueden considerarse meras transcripciones de una realidad, sino que trascienden este hecho; se transforman, como bien lo expresa la autora, en “bocetos de verdades”. Y estos bocetos, gráficas de una Patagonia cálida y misteriosa (por mutable) son, a su vez, en palabras del crítico argentino Noé Jitrik, «un mundo doloroso, cercano y lejano al mismo tiempo, menos mito que tragedia ancestral y pérdida irrecuperable”.