Desde que fue recogida en el bosque por Lord Drayton, Meg ha creído que era una chica corriente, poco agraciada y sin muchas luces. Su auténtica personalidad, su belleza, su intelgencia y sus extraordinarios poderes mágicos han sido ocultos a los ojos de todos mediantes un hechizo de Drayton, decidido a usarla para sus propios e increíbles planes. Cuando el destino cruza su camino con el de Simon de Malmain, al que salva de una muerta cierta, Meg descubre que, como él, pertenece a la estirpe de los Guardianes, seres legendarios que luchan desde hace siglos por mantener la paz y el orden en Inglaterra. Juntos, Simon y Meg intentarán detener a Drayton, y mientras tanto descubrirán que incluso ellos son vulnerables a la magia más poderosa que existe: la pasión.