La Bolchevique Enamorada

Era comunista. Al comienzo de la guerra se había hecho bolchevique. Desde el principio odió la guerra

«¿Por qué han de ser los problemas de las mujeres menos importantes? Esta idea es un hábito en vosotros. Por eso están las mujeres tan atrasadas. Pero no triunfaréis en la Revolución sin las mujeres. La mujer lo es todo. El hombre hace lo que ella piensa o le insinúa. Si conseguís conquistar para nuestra causa a las mujeres, habremos andado la mitad del camino»

Algunas veces sus compañeras le decían: «¿No puedes olvidar a tus mujeres? No tenemos tiempo para ocuparnos de ellas; hay cosas más urgentes que hacer»

Pronto fue conocida Vassilissa en todo el barrio como persona que estaba contra la guerra y como partidaria de Tolstoi. Las mujeres dejaron de hablarle: no quería tener nada que ver con su país. No amaba a Rusia. Era cosa perdida

Pero Vassilissa protestaba. La guerra era un desastre sangriento. ¿Qué había de bueno en la guerra? La guerra ocasionaba desgracias al pueblo. ¡Se siente uno tan triste al ver a los soldados, a los pobres muchachos conducidos al matadero como ovejas!

También hablaron de la «Nep». Michailo Pavlovitch estaba harto de ella. No podía resistir al presidente del Comité provincial.

Había buscado a los suyos y la habían tratado como a una extraña. Vladimir tenía razón, Se habían burocratizado y tenían los modales de los gobernadores militares.

Vasya la calificó de prostituta. «En tiempos pasados, una muchacha así no podía visitar a sus amigos en el local central del partido».

En esto no pudo ya estar conforme Vasya. El partido comunista tenía razón. No era correcto en un comunista imitar a los «burshuis». Un comunista, que además era un director, debía llevar una vida ejemplar.

Estos individuos son como sacerdotes, que juzgan a los hombres, no por su trabajo y acciones, sino por su moralidad