Leer los cuentos de Maya Lorena no es sólo una delicia, sino todo un descubrimiento: no puede dejar de asombrarnos la calidad artística de sus textos, labrados con un pulso que hacía tiempo no lográbamos encontrar. Electrizante en algunas de sus partes, logra revelarnos ver¬dades y sentidos que no aparecen sin más en la vida cotidiana; con un agregado importante que, siendo relevante en el marco general de su tejido prosístico, resulta aún más sorprendente: lo que pudiera pensar¬se como su “atrevimiento” a generar imágenes literarias que no entran de ninguna manera en algún canon convencional, sea ello cuando ha¬bla de la soledad o de la muerte, sea cuando entra en los escenarios complejos de las relaciones de pareja, o sea cuando entra en los esce¬narios del erotismo.
Tenemos frente a nosotros un libro que, en el marco de la literatura moderna, resulta sin duda fundamental.