Antología: poemas y sonetos

¿Sé yo si alguna musa misteriosa,
un subterráneo genio,
un espíritu errante que a la espera
para encarnar está de humano cuerpo,
no le dictó esas líneas
de enigmáticos versos?

El cuerpo canta;
la sangre aúlla;
la tierra charla;
la mar murmura;
el cielo calla
y el hombre escucha.

¿está en los demás o está en nosotros
eso a que damos en llamar talento?

El cuerpo canta

El cuerpo canta;
la sangre aúlla;
la tierra charla;
la mar murmura;
el cielo calla
y el hombre escucha.

el hombre empieza muriendo
desde el momento en que nace

Y ¿qué es eso del Infierno?
me dirás.
Es el revés de lo eterno,
nada más.

Que yacer en el olvido
del Señor
es el infierno temido
del Amor.

Y no palpita, aguarda en un respiro
de la bóveda toda el fuerte beso,
a que el cielo y la tierra se confundan
en lazo eterno.

¿Por qué no se mezclaron nuestras sangres
del amor en la santa comunión?
¿Por qué tú y yo, Teresa de mi alma
no dimos granazón?

¿Por qué, Teresa, y para qué nacimos?
¿Por qué y para qué fuimos los dos?
¿Por qué y para qué es todo nada?
¿Por qué nos hizo Dios?

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Por qué esos lirios que los hielos matan

¿Por qué esos lirios que los hielos matan?
¿Por qué esas rosas a que agosta el sol?
¿Por qué esos pajarillos que sin vuelo
se mueren en plumón?

Deja en la niebla hundido tu futuro
ye tranquilo a dar tu último paso,
que cuanto menos luz, vas más seguro.

Aurora de otro mundo es nuestro ocaso?
Sueña, alma mía, en tu sendero oscuro:
"Morir… dormir… dormir… soñar acaso!"