Amor + odio

La imaginación crea realidades en lugar de imitarlas

amor por estrenar, pasión no usada– si se hubiera quedado en el statu quo.

La película muestra los estragos del tiempo, pero también la labilidad del pasado, su significado y su valor, diferentes para cada uno de ellos, y cómo, ahora que lo hablan, pueden parecer tan inestables como el futuro

Fue un periodo corto de mi vida, pero no he olvidado ese déficit primero. A veces me pregunto si aún lo estoy compensando. Fue un alivio para mí descubrir que tenía alguna habilidad como escritor, aunque eso fue más tarde, y tardé mucho en ver su valor, en entender que tenía un don y algo de inteligencia, y que los podía desarrollar, e incluso construir mi vida a su alrededor

cerrarme a los demás, sufría de una forma de anorexia intelectual: el rechazo a recibir algo, a aceptar algo. De resultas de ese obstaculizarme a mí mismo, perdí la esperanza y creí que nunca mejoraría ni conseguiría nada

Todos los días somos artistas, del juego, la conversación, los paseos, la comida, la amistad, el sexo y el amor. Cada beso, cada obra o comida, cada palabra que intercambiamos y cada cosa que oímos –hay maneras y maneras de escuchar– tienen algo de arte, o nada

La imaginación puede parecer desorden, cuando es, de hecho, una iluminación. No cabe duda de que la imaginación sí es peligrosa, y debería serlo; algunos pensamientos son inflamables, y hay que reprimirlos o expulsarlos.

sa «nada» se materializa. Por furia y frustración, los personajes de Kafka usan sus cuerpos inútiles –lo que llama «nadas»– como arma, hasta como bomba suicida, para acabar con otros y, al final, con ellos mismos.

Kafka se toma ese «absolutamente nada» de su Carta muy en serio.

Aunque Franz escribiera en su diario que «Un hombre sin una mujer no es una persona», y estuviera cerca de casarse con Felice Bauer y, más tarde, con Julie Wohryzek, él mismo no podía convertirse en marido o padre. Franz Kafka estaba comprometido de otra manera: él y su padre estaban sellados en un pulso eterno.