Este libro expone la historia de la formación de la banca sonorense desde la primera Ley General de Instituciones de Crédito de 1897 hasta la conclusión de la banca especializada en 1976. A lo largo del periodo se constituyeron once bancos privados con empresarios locales y de capital propio. El interés central es exponer el financiamiento que otorgó la banca privada sonorense en conjunto con la banca de desarrollo y las uniones del crédito a las actividades productivas. Así como el entretejido de los empresarios-banqueros en torno a la formación de bancos y uniones de crédito en el estado. El sistema bancario fue el soporte financiero principal que incentivó el desarrollo de los sectores productivos y el crecimiento económico de Sonora. A través de la intermediación se fomentó la productividad agrícola, agroindustrial, ganadera y comercial. Aunado a ello, los lazos de una red de empresarios-banqueros coadyuvaron a la oportuna captación de los créditos e inclusive, la influencia política también formó parte de éste beneficio. Pero por otro lado, el sistema bancario sonorense obedeció patrones de conducta relacionados con los auges económicos, las crisis internacionales y los problemas políticos internos a los que la banca local no podía quedarse inerte. Los empresarios Sonorense consolidaron una red de empresarios-banqueros en torno a la organización de bancos privados al fundir sus capitales para constituir: el Banco de Sonora, Banco Hipotecario y Agrícola del Pacífico, Banco Mercantil y Agrícola de Sonora, Banco Refaccionario de Occidente, Banco Agrícola Sonorense, Banco Ganadero y Agrícola, Banco de Nogales, Banco de Comercio de Sonora, Banco de Comercio del Yaqui y Mayo. En consecuencia, la operatividad del crédito permitió explicar la dinámica económica regional, así como el impacto que tuvo la oferta financiera en las actividades económicas del estado de Sonora.