En las formas breves no puede faltar ni sobrar nada, en las formas breves debemos jugar con lo que escribimos, pero también con lo que omitimos, las formas breves no son amigas de la divagación, de la palabrería o del desvío. Aman la precisión y la concisión, se rigen por la ley de que menos es más y rezan todas las noches a san Vicente Huidobro (1893-1948) con estas palabras: «El adjetivo, cuando no da vida, mata»