La economía española encara en 2013 el quinto año consecutivo de crisis. Se esperan que los primeros meses del ejercicio sean de los más virulentos de la recesión, con una demanda doméstica deprimida, compensada en parte por la pujanza del sector exterior y una contracción de la actividad con insoportables tasas de paro. Puede sorprender entonces que se expongan motivos para la esperanza. Pero es que es igualmente cierto que se han sentado las bases -y hay ciertos síntomas que así lo indican- para aludir a una eventual recuperación. Las exportaciones crecen, el déficit se reduce, la bolsa gana atractivo, la inversión industrial empieza a volver y, lo que es más importante, España es a día de hoy un país más competitivo de lo que era en 2007. Los sacrificios y las reformas aprobadas han adelgazado la administración y han elevado la productividad. Estos son los 10 elementos que Expansión ha detectado que en la actual vorágine invitan al optimismo:1. Se aleja la sombra del rescate.2. Las cuentas públicas comienzan a cuadrar.3. Los inversores extranjeros vuelven a comprar deuda pública.4. El sector bancario se encauza con las reformas financieras.5. Las familias y las empresas han reducido su endeudamiento.6. La bolsa española gana atractivo de cara a 2013.7. El sector exterior tira del carro.8. El turismo bate récords.9. Los inversores industriales vuelven a España.10. La reforma laboral sienta las bases para la recuperación del empleo.Queda mucho por hacer y las reformas que reclaman expertos, analistas y socios europeos todavía están incompletas. Hace falta que vuelva la confianza en la economía española, como tímidamente se empieza a atisbar. Pero la confianza deberá asentarse en sólidos pilares de flexibilización de la economía para asegurar sus frutos. Será necesario que las administraciones extiendan a todos los mercados de productos y factores, a través de un fomento decidido de la liberalización y la competencia. Nos va en ello nuestra prosperidad futura.Expansión27/12/2012