La solterona Amelia acepta una posición como acompañante de su tía, una trepadora social que está planeando su próximo matrimonio incluso antes de haber finalizado el luto por su segundo marido. Y el hombre al que su tía está acosando no es ni más ni menos que el viudo y acaudalado Duque de Caversham.
Horrorizada por el comportamiento de su tía, Amelia decide esconderse en los jardines y en la librería de su anfitrión durante el resto de su visita. Una noche, paseando por el laberinto, conoce a un maduro caballero que despierta tanto su curiosidad como su deseo. Huye sin averiguar su nombre, sólo para volver a toparse con el mismo atractivo caballero días después en la biblioteca, en donde para asombro de Amelia, él la besa. ¡Y ella le devuelve el beso!
Amelia y el duque se ven sorprendidos en su apasionado abrazo por su tía. Avergonzada por su propio comportamiento disipado, Amelia huye a su cuarto creyéndose utilizada por él para evitar a su tía. Tras enfrentarse a la tía de la joven dama, el duque hace lo que cree honorable, y decide casarse con Amelia.
Sólo que sin pedírselo a ella.