Quizás la historia no sea inevitable, pero es irreversible. Pinochet le propuso a Aylwin que fuese el Abraham Lincoln de Chile, capaz de emprender la reconciliación, suprimir sus instrumentos de opresión y contener los deseos de venganza del bando victorioso. Este libro es producto de una investigación periodística de la Universidad Adolfo Ibañez, donde a través de interesantes entrevistas, sitúa a Patricio Aylwin en un lugar privilegiado en la historia reciente de nuestro país. “Categóricamente le digo que era contrario a todo golpe. Era partidario de una solución constitucional que, a esa altura, no divisamos sino sobre sobre la base de que el pueblo recuperara su soberanía” Cuando hay una pistola sobre la mesa, no es diálogo — Pág. 69