Las niñas bien

Quién dijo que las cosas que te pasan, se te parecen

Además, el problema de Alejandra es el miedo. Miedo de ser. Miedo de sentir. Miedo de liberarse. Miedo de que la abandonen. En suma, es una negadora de su realidad. Tiene miedo porque no sabe quién es.

Ella, ávida de lujos, de dinero y de la seguridad que podía brindar un hombre maduro; él, ávido de caricias, de carne y de un poco de ternura.

Un día te dije que me gustaba tu voz de hombre, de sabio, de alguien que sabe prestar atención; voz de quien entiende tantas y tantas cosas.

No sé dónde leí, mi querido Juan, que nos enamoramos cuando estamos dispuestos a variar, a dejar una experiencia ya adquirida y desgastada, y tenemos el impulso vital para llevar a cabo una nueva exploración para cambiar de vida. Nos enamoramos cuando estamos dispuestos a hacer fructificar capacidades que no habíamos aprovechado, a explorar mundos que aún no habíamos explorado, a realizar sueños y deseos a los que habíamos renunciado. Nos enamoramos cuando estamos profundamente insatisfechos del presente y tenemos energía interior para iniciar otra etapa de nuestra existencia.

Tienes un cuello muy aristocrático... y unas nalgas muy demócratas

sufrir, estamos amando demasiado”

Por suerte, no pasamos a más. Aunque Fernando lo intenta, de tan borracho ya ni se le para. Pobre cuate, con tantas devaluaciones, se ha de sentir totalmente de-va-lua-do.

Alicia Rivas Mercado, quien sirviera como modelo a su padre el arquitecto Antonio Rivas Mercado, autor del monumento

segundo sexo, de Simone de Beauvoir